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Super 35 |
Volviendo a la imagen, en 1983 se presentó el último formato importante. Se trata del Super Techniscope, como se llamó en un principio o Super 35, que es su nombre más conocido. Fue inventado por el director de fotografía inglés John Alcott, que lo usó por primera vez para la película Greystoke, la Leyenda de Tarzán, Rey de los Monos en 1983.
Sus principios básicos son los mismos que los del Techniscope convencional, pero con importantes modificaciones.
Con el Super 35 se vuelve a filmar el negativo como en la época del cine mudo. No utiliza lentes anamórficas, pero sí el espacio que normalmente se reserva en el negativo, durante la filmación, para que posteriormente sea incluida la pista de sonido durante la exhición. Así, se consigue un mayor aprovechamiento del negativo - al utilizarlo por completo - y una relación de aspecto de 1.33:1. Sin embargo, la relación de aspecto para el que se compone suele ser diferente, siendo el más habitual el 2.39:1 de los formatos Scope. De esta manera, la franja enmarcada dentro de la composición 2.39:1 se introduce en una impresora óptica y en ella se vuelve a fotografiar con una lente anamórfica, consiguiendo así copias de exhibición totalmente compatibles con las de los formatos en Scope, con idéntica relación de aspecto y en 35 mm a cuatro perforaciones.
El Super 35, como el Techniscope, tiene la desventaja de desaprovechar gran parte del negativo, puesto que la composición 2.39:1 utiliza únicamente alrededor de dos perforaciones y media por fotograma, frente a las cuatro de los formatos anamórficos. Por lo tanto, la imagen tiene menor calidad y un mayor grano.
El área real de negativo es de alrededor de dos perforaciones y media.
Sin embargo, el uso del Super 35 es más sencillo que el de los formatos Scope anamórficos, al requerir menos luz y gozar de una mayor profundidad de campo y también posibilita la presentación de versiones en 1.33:1 - en Open-Matte - sin apenas pérdidas significativas de imagen por el Pan and Scan. Aunque hoy en día el respeto del formato original está muy extendido gracias a formatos domésticos como el DVD, en 1983 la mayoría de los pases televisivos y sobre todo las ediciones en VHS recortaban las películas, por lo que muchos cineastas preferían el formato 1.85:1 para evitar estas adulteraciones de la imagen.
La implantación del Super 35 hoy en día es absoluta, copando alrededor del 80 por ciento de las películas proyectadas en 2.39:1.
Las versiones 1.33:1 y 2.39:1 de películas rodadas en este formato.
Existen variantes del Super 35, que utilizan tres perforaciones por fotograma, en lugar de cuatro. Esto aprovecha mejor la película y en este caso el formato máximo que puede lograrse, sin mattes, sería de 1.78:1. Este sistema es el utilizado por ejemplo en Kill Bill, o en La Habitación del Pánico.
Actualmente sólo existen ya tres formatos, el Academy Standard Flat, el Super 35 y el Panavision (incluyendo derivados como J-D-C Scope, Arriscope o Technovision), ya que Panavision Super 70 hace ya años que no se usa. Es un dato bastante curioso, pero el grado de utilización de los mismos es inversamente proporcional a su calidad visual.
En los últimos años están comenzando a utilizarse soportes totalmente digitales para el rodaje de películas, como el de Sony y Panavision utilizado en Star Wars: Episodio II pero su uso - que en el futuro probablemente se extenderá - a día de hoy es escaso por encontrarse esta tecnología aún en estado embrionario a pesar de los contínuos avances.
El cine cuenta con un grave impedimento para la adopción de los sistemas digitales y es que para exhibir una película digitalmente es necesario que las salas adquieran nuevos sistemas de proyección. Como ocurrió con algunos de los grandes formatos de 70 mm, esto dificulta enormemente su adopción por la industria - en gran medida, al no poder exhibir en digital, no se rueda en digital - y más aún al tratarse de un campo en el que aparecen continuas mejoras tecnológicas que dejan obsoletos a los equipos anteriores.
Hasta que no exista un estándar con una resolución elevada y al menos equivalente a la que puede llegar a ofrecer el celuloide, lo más probable es que su uso continúe siendo minoritario y para producciones muy concretas.
Para finalizar, cabe reseñar que las copias hinchadas a 70 mm desaparecieron a partir de 1992, con el nacimiento de los formatos de sonido digital, que permiten la inclusión de más pistas en la película de 35 mm, por lo que la superior calidad visual y sonora de los 70 mm también es desechada por los estudios.