El director contratado en esta ocasión por Allen sería el
inglés John Guillermin, autor de la eficaz Alarma: vuelo 502 secuestrado. Guillermin acababa de
dirigir Shaft en África, película escrita también
por Silliphant, y probablemente éste fuese decisivo en la elección final. Ronald Neame, que habría sido la lógica elección tras el
éxito de La Aventura del Poseidón, no podía repetir
con Allen ya que se encontraba en Alemania rodando la adaptación de la novela de
Frederick Forsyth Odessa.
El plan de rodaje de nuevo volvía a ser apretadísimo, con
sólo 70 días, por lo que el trabajo tuvo que ser distribuido entre cuatro
unidades que rodarían simultáneamente; John
Guillermin se haría cargo de la dirección de las escenas dramáticas,
Irwin Allen dirigiría en persona las numerosas
escenas de acción, la empresa McGillivray-Freeman
Films se haría cargo del rodaje de la secuencia aérea de apertura y L. B. Abbott repetiría una vez más en los efectos
especiales fotográficos.
El director de fotografía de La aventura
del Poseidón, Harold E. Stine, ya se había
retirado, por lo que Allen tuvo que contratar a nuevas personas en este cargo
para su propia unidad y para la de Guillermin. Steve
McQueen se había hecho muy amigo de Fred
Koenekamp durante el rodaje de Papillon
(Franklin J. Schaffner, 1973), y Koenekamp reunía las
condiciones exigidas para el puesto: trabajar rápido debido al ajustado programa
y proporcionar una imagen de calidad, lo cual había demostrado con creces en
Patton (1970), también a las órdenes de Schaffner.
Una vez asignado Koenekamp a la unidad de Guillermin, Allen se puso en contacto
con el ya por aquel entonces muy veterano Joseph Biroc, fotógrafo de un estilo muy parecido
al de Koenekamp y rapidísimo según quienes trabajaron con él. Biroc no se lo
pensó dos veces y se incorporó a la unidad de Allen.
También se incorporó a la unidad de Allen el genio de los
efectos especiales mecánicos A. D.
Flowers, que recordemos había trabajado ya en La Aventura del Poseidón y el resto del equipo también
sería el de aquel film: William Creber diseñaría los
decorados, nada menos que 57 platós construidos en el rancho de la Fox, John Williams pondría la música, Paul
Zastupnevich el vestuario y Harold F. Kress se
haría cargo del montaje, esta vez ayudado por su hijo Carl con el fin del
acelerar el proceso.
El rodaje tendría que ser iniciado por la primera unidad,
comandada por Guillermin y Koenekamp, ya que Allen y Biroc debían de destruir
los sets para rodar las escenas de acción. A este respecto, Biroc comentó a la
revista "American Cinematographer" en su número de febrero de
1975:
"Irwin Allen estaba ansioso por conseguir que todo
pareciera real, pero al mismo tiempo, la seguridad (de los actores y los extras)
era lo más importante para él. No menos de 30 personas del cuerpo de bomberos de
San Francisco y Los Ángeles estaban presentes durante el rodaje de las escenas
de acción más grandes (...)
El fuego se conseguía mediante una mezcla de gases y el
departamento de bomberos de Los Ángeles limitaba los planos a 20 o 30 segundos
como máximo debido a que el calor era enorme y el fuego podría haberse propagado
con facilidad. Esto nos limitaba enormemente los ángulos de cámara y las
posiciones para iluminar, de manera que debíamos pensar cada plano
minuciosamente con mucha antelación por medio de storyboards
(...)
Nunca usé menos de tres cámaras simultáneamente para no
perder detalles de la acción, y en ocasiones llegué a usar ocho, como en el
gigantesco set del Salón Promenade (donde se encuentran los invitados cuando
estallan los tanques de agua al final del film), que ocupaba un estudio de
sonido al completo. Las cámaras se posicionaron en forma de óvalo rodeando el
set, porque debíamos de cubrir las reacciones de los personajes principales y lo
más difícil, evitar que desde un ángulo de cámara se viese la siguiente.
Estuvimos 3 semanas rodando en aquel set (...).
Debido a que en el techo se acumulaba el calor de las
llamas, al contrario que Koenekamp nosotros no podíamos colocar las luces en esa
posición. Sin embargo, pronto me di cuenta que en la mayoría de los planos las
luces no eran necesarias ya que las propias llamas eran una fuente de
iluminación lo suficientemente potente y realista. Para compensar el poco tiempo
que podía durar cada plano, en ocasiones rodamos a dos, tres, o incluso cuatro
veces la velocidad normal, con lo que una vez proyectadas las imágenes a 24
fotogramas por segundo, las escenas parece que tienen una duración mayor. En
muchas ocasiones, al rodar con varias cámaras a la vez, teníamos el problema de
que la luz que era adecuada para una de ellas, podía ser insuficiente para otra.
Por ello, tuvimos que realizar ciertos compromisos al iluminar, pero no nos
importó ya que el material que estábamos consiguiendo era magnífico
(...)."
La labor del jefe del departamento de efectos mecánicos de la
Fox A. D. Flowers en la
unidad de acción también fue muy importante para el film. Su trabajo, al igual
que en La Aventura del Poseidón, fue el de manejar
el fuego y el agua con las mismas obligaciones que Biroc, hacerlo real y
espectacular sin crear peligro para los actores. Para ello, como ya hemos dicho,
tuvo que trabajar en estrecha colaboración con los supervisores del cuerpo de
bomberos asignados a la producción y con L. B.
Abbott, quien proporcionaría las ilusiones visuales necesarias para la
historia.